
miércoles, 17 de enero de 2007

Doña Gladys Rodriguez Diaz
Representante legal de la Exposición CAMINOS DE LA CIVILIZACION TAYRONA
E-MAIL: mi_diamante@hotmail.com

CIUDAD PERDIDA O LA ANTIGUA TEYUNA TAYRONA
“Ahí en la selva, continúa escondida Ciudad Perdida. Para alcanzarla es preciso andar varios días por caminos encharcados, a través de un universo esencial: bosque, claroscuros y agua, mucha agua.
Finalmente aparece un muro junto al río Buritaca. Una escalera estrecha remonta la pendiente. Tras centenares de escalones irregulares, se alcanza una terraza enlosada, circular, rodeada de palmeras y helechos. El moho y el musgo se comen las piedras menos trilladas. Caminos y escalones que escapan como radios conectan con otras terrazas. Se descubre una escalera señorial, como de castillo encantado. Termina bajo una colina sostenida por un ancho collar de piedras. Encima, se estiran tres esplanadas de hierba tierna y espesa. Se alzan sobre el bosque, entre el cielo y las montañas, como una ofrenda humil y perfecta.”
Por Raimon Portell
“Ahí en la selva, continúa escondida Ciudad Perdida. Para alcanzarla es preciso andar varios días por caminos encharcados, a través de un universo esencial: bosque, claroscuros y agua, mucha agua.
Finalmente aparece un muro junto al río Buritaca. Una escalera estrecha remonta la pendiente. Tras centenares de escalones irregulares, se alcanza una terraza enlosada, circular, rodeada de palmeras y helechos. El moho y el musgo se comen las piedras menos trilladas. Caminos y escalones que escapan como radios conectan con otras terrazas. Se descubre una escalera señorial, como de castillo encantado. Termina bajo una colina sostenida por un ancho collar de piedras. Encima, se estiran tres esplanadas de hierba tierna y espesa. Se alzan sobre el bosque, entre el cielo y las montañas, como una ofrenda humil y perfecta.”
Por Raimon Portell
Oleos sobre lienzo 80 x 120

ESCALERAS TAYRONAS
“En cierto pueblo había una escalera bien labrada de seis o siete escalones de vara de alto, y otra angosta por medio para subir a ésta donde se ponían a ver las fiestas que se hacían abajo en un extendido y bien losado patio. Hablo a las veces de pretérito y otras de presente, por que estas cosas algunas permanecen, y de otras no hay rastro.
“En cierto pueblo había una escalera bien labrada de seis o siete escalones de vara de alto, y otra angosta por medio para subir a ésta donde se ponían a ver las fiestas que se hacían abajo en un extendido y bien losado patio. Hablo a las veces de pretérito y otras de presente, por que estas cosas algunas permanecen, y de otras no hay rastro.
”Fray Pedro Simón, Quinta Noticia Historial
Oleo sobre lienzo 80 x 120

ALTO DE MIRA
“Y por que si hay algún paraíso terreno en estas tierras de indios parece ser éste, no excusamos decir algo de esta valle, que le pusieron ahora estos nombres los nuestros Caldera y Valle de San Marcos. Esta todo coronado de altas cumbres desde donde hasta lo hondo habrá ocho leguas, por partes menos, todas sus cuchillas quebradas, de dulcísimas aguas de oro (que como culebras de cristal se deslizan de sus cumbres hasta lo profundo del valle), espaldas y amagamientos por poblados de crecidos pueblos de indios que se veían todos de todas partes de sus laderas con agradable vista, los más de mil casas grandes que habría, que en cada una vivía una parentela. Pero lo que más deleitaba la vista era sus muchas plantas de raíces y maíces, batatas, yucas, ñames, ahuyamas, ajíes, algodonales y las arboledas casi todas frutales, (...) y de madera para sus casas y quemar en los bohios del diablo, donde (como dijimos) ardía fuego toda la vida, de leña olorosa, que los tenían estos caneyes y otros en que guardaban sus joyas, plumas y mantas y donde hacían sus fiestas y bailes de extraña grandeza (pues eran los más de a sesenta y setenta pies de a tercio de largo), limpieza y curiosidad como la tenían en los patios enlozados de grandísimas y pulidas piedras con sus asientos de lo mismo, como también los caminos de lajas de a tercia.”
“Y por que si hay algún paraíso terreno en estas tierras de indios parece ser éste, no excusamos decir algo de esta valle, que le pusieron ahora estos nombres los nuestros Caldera y Valle de San Marcos. Esta todo coronado de altas cumbres desde donde hasta lo hondo habrá ocho leguas, por partes menos, todas sus cuchillas quebradas, de dulcísimas aguas de oro (que como culebras de cristal se deslizan de sus cumbres hasta lo profundo del valle), espaldas y amagamientos por poblados de crecidos pueblos de indios que se veían todos de todas partes de sus laderas con agradable vista, los más de mil casas grandes que habría, que en cada una vivía una parentela. Pero lo que más deleitaba la vista era sus muchas plantas de raíces y maíces, batatas, yucas, ñames, ahuyamas, ajíes, algodonales y las arboledas casi todas frutales, (...) y de madera para sus casas y quemar en los bohios del diablo, donde (como dijimos) ardía fuego toda la vida, de leña olorosa, que los tenían estos caneyes y otros en que guardaban sus joyas, plumas y mantas y donde hacían sus fiestas y bailes de extraña grandeza (pues eran los más de a sesenta y setenta pies de a tercio de largo), limpieza y curiosidad como la tenían en los patios enlozados de grandísimas y pulidas piedras con sus asientos de lo mismo, como también los caminos de lajas de a tercia.”
Oleos sobre liezo 80 x120
martes, 16 de enero de 2007
CAMINOS DE LA CIVILIZACION TAYRONA
Minca (a 600 metros SNM), pintoresco pueblito cafetero situado a 14. Km al suroeste de Santa Marta en la subida por La Sierra Nevada, es una zona de franca transición térmica con una temperatura entre los 17ºC. y los 24ºC.
El macizo montañoso de la Sierra Nevada, cubre una superficie de 17.000 kilómetros cuadrados y sus nevados, cuyos picos alcanzan alturas de 5.775 metros, es la montaña tropical más alta del mundo. Tiene un espectro casi completo de condiciones ambientales, de nichos ecológicos, no solo de Colombia sino del mundo tropical.
Se encuentran el bosque húmedo tropical con árboles de alturas elevadas - hasta de 40 m - y de diversas especies. Abundan las lianas, palmas, helechos e.o.
La fauna todavía es mayor con osos, venados y especies menores como armadillos, erizos, ocelotes y micos. Miles de pájaros, insectos, y mariposas, hacen conciertos de cantos, zumbidos y chirridos.
Minca es un paraíso ecológico con el río Minca de aguas cristalinas y su inmensa vegetación verde que guarda debajo de la tierra la riqueza arqueológica de sus antepasados: los Arhuacos.
Minca tiene múltiples sitios de hospedaje, es el rincón de pintores, escultores y artesanos.
El macizo montañoso de la Sierra Nevada, cubre una superficie de 17.000 kilómetros cuadrados y sus nevados, cuyos picos alcanzan alturas de 5.775 metros, es la montaña tropical más alta del mundo. Tiene un espectro casi completo de condiciones ambientales, de nichos ecológicos, no solo de Colombia sino del mundo tropical.
Se encuentran el bosque húmedo tropical con árboles de alturas elevadas - hasta de 40 m - y de diversas especies. Abundan las lianas, palmas, helechos e.o.
La fauna todavía es mayor con osos, venados y especies menores como armadillos, erizos, ocelotes y micos. Miles de pájaros, insectos, y mariposas, hacen conciertos de cantos, zumbidos y chirridos.
Minca es un paraíso ecológico con el río Minca de aguas cristalinas y su inmensa vegetación verde que guarda debajo de la tierra la riqueza arqueológica de sus antepasados: los Arhuacos.
Minca tiene múltiples sitios de hospedaje, es el rincón de pintores, escultores y artesanos.
Cerro Kenedy
El Puente de Aladino

ESCALERAS TAYRONAS
“En cierto pueblo había una escalera bien labrada de seis o siete escalones de vara de alto, y otra angosta por medio para subir a ésta donde se ponían a ver las fiestas que se hacían abajo en un extendido y bien losado patio. Hablo a las veces de pretérito y otras de presente, por que estas cosas algunas permanecen, y de otras no hay rastro.”
Fray Pedro Simón, Quinta Noticia Historial.
“En cierto pueblo había una escalera bien labrada de seis o siete escalones de vara de alto, y otra angosta por medio para subir a ésta donde se ponían a ver las fiestas que se hacían abajo en un extendido y bien losado patio. Hablo a las veces de pretérito y otras de presente, por que estas cosas algunas permanecen, y de otras no hay rastro.”
Fray Pedro Simón, Quinta Noticia Historial.
CIUDAD PERDIDA O LA ANTIGUA TEYUNA TAYRONA

ALTO DE MIRA
“Y por que si hay algún paraíso terreno en estas tierras de indios parece ser éste, no excusamos decir algo de esta valle, que le pusieron ahora estos nombres los nuestros Caldera y Valle de San Marcos. Esta todo coronado de altas cumbres desde donde hasta lo hondo habrá ocho leguas, por partes menos, todas sus cuchillas quebradas, de dulcísimas aguas de oro (que como culebras de cristal se deslizan de sus cumbres hasta lo profundo del valle), espaldas y amagamientos por poblados de crecidos pueblos de indios que se veían todos de todas partes de sus laderas con agradable vista, los más de mil casas grandes que habría, que en cada una vivía una parentela. Pero lo que más deleitaba la vista era sus muchas plantas de raíces y maíces, batatas, yucas, ñames, ahuyamas, ajíes, algodonales y las arboledas casi todas frutales, (...) y de madera para sus casas y quemar en los bohios del diablo, donde (como dijimos) ardía fuego toda la vida, de leña olorosa, que los tenían estos caneyes y otros en que guardaban sus joyas, plumas y mantas y donde hacían sus fiestas y bailes de extraña grandeza (pues eran los más de a sesenta y setenta pies de a tercio de largo), limpieza y curiosidad como la tenían en los patios enlozados de grandísimas y pulidas piedras con sus asientos de lo mismo, como también los caminos de lajas de a tercia.”
“Y por que si hay algún paraíso terreno en estas tierras de indios parece ser éste, no excusamos decir algo de esta valle, que le pusieron ahora estos nombres los nuestros Caldera y Valle de San Marcos. Esta todo coronado de altas cumbres desde donde hasta lo hondo habrá ocho leguas, por partes menos, todas sus cuchillas quebradas, de dulcísimas aguas de oro (que como culebras de cristal se deslizan de sus cumbres hasta lo profundo del valle), espaldas y amagamientos por poblados de crecidos pueblos de indios que se veían todos de todas partes de sus laderas con agradable vista, los más de mil casas grandes que habría, que en cada una vivía una parentela. Pero lo que más deleitaba la vista era sus muchas plantas de raíces y maíces, batatas, yucas, ñames, ahuyamas, ajíes, algodonales y las arboledas casi todas frutales, (...) y de madera para sus casas y quemar en los bohios del diablo, donde (como dijimos) ardía fuego toda la vida, de leña olorosa, que los tenían estos caneyes y otros en que guardaban sus joyas, plumas y mantas y donde hacían sus fiestas y bailes de extraña grandeza (pues eran los más de a sesenta y setenta pies de a tercio de largo), limpieza y curiosidad como la tenían en los patios enlozados de grandísimas y pulidas piedras con sus asientos de lo mismo, como también los caminos de lajas de a tercia.”

No eran los Andes, aunque quedaban cerca. La Sierra Nevada de Santa Marta, en el norte colombiano, era mejor. Era el centro del mundo: así lo había marcado la diosa madre cuando clavó allí el huso con que tejía.
Y así lo aceptaron los indios tairona. Las costas les regalaban pescado; las selvas, frutas, caza y una tierra rica para cultivar; los rebaños pastaban en los prados altos. Y todavía quedaba espacio para deslumbrarse con las nieves eternas de las cimas, a casi seis mil metros. De todo, en poco espacio, gracias a un desnivel que sólo puede compararse con el del Himalaya. Por Raimon Portell
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